jueves, 5 de diciembre de 2013

Shake up the happiness

 Me hallo sentado en la silla de mi escritorio. Mi portátil delante, la mesa desorganizada (como yo), y la puerta cerrada. Acabo de jugar unas partidas al Fifa con un buen amigo y ha sido una buena liberación. Ahora tocan 3 días de descanso, aunque en realidad de descanso llevamos prácticamente dos semanas.

 Estas dos semanas no me han servido para hacer todo lo que yo quería. ¿Nunca os pasa que cuando estáis en exámenes se os ocurren mil y una cosas para hacer y cuando estos se acaban se os queda la mente en blanco? Me considero un chaval emprendedor, porque la iniciativa la tengo. El problema es que me falta darle uso.

 Hace un buen día de diciembre, soleado y frío, como a mí me gusta. Pero desgraciadamente hoy no podré salir con mis amigos, tengo cita con la química. Aunque la química orgánica, la verdad, me está gustando, así que tampoco será todo aburrimiento. Ahora que hablo de química, se me viene a la mente mi profesor. Ese profesor que, en mi opinión, está tan poco valorado, y ha tenido que faltar un día a clase para que nos preocupáramos y lo empezásemos a apreciar.

 Es estas fechas, por lo general, nos sentimos más afortunados de todo lo que tenemos. Conozco a poca gente a la que no le guste la Navidad. En mi caso, yo vuelvo a ser un niño, a pensar como un niño, y a vivir con la ilusión de un niño. Por eso es una de mis partes preferidas del año. Espero que vosotros también tengáis esa suerte.


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